Las DHR son enfermedades de causa genética, es decir, la aparición de la enfermedad está determinada por mutaciones en los genes heredados de los progenitores. Por tanto, no son provocadas por traumatismos, infecciones o ningún otro agente externo. En las DHR pueden estar involucrados un gran número de genes. En la actualidad se han descubierto más de 250 genes implicados en las DHR, que pueden ser transmitidos de generación en generación según todos los patrones de herencia posibles, aunque no todas las formas hereditarias ni todos los defectos genéticos tienen la misma gravedad.
Importancia del estudio genético
El estudio genético es fundamental porque:
- Permite apoyar y confirmar el diagnóstico clínico, ya que algunas DHR se presentan con síntomas solapados por lo que resultan a veces difíciles de clasificar.
- Posibilita conocer el pronóstico y establecer una predicción aproximada de la evolución de la enfermedad, lo que es determinante a la hora de tomar decisiones en los proyectos de vida.
- Permite identificar el patrón de herencia de la patología y la probabilidad de transmitirla a la descendencia, y recibir por tanto un adecuado consejo genético.
- Contribuye a un mayor y mejor conocimiento de las patologías genéticas de la visión al identificar nuevos genes causales y nuevos factores de riesgo no asociados previamente con la enfermedad.
- Permite conocer si somos candidatos a recibir terapia génica (hasta hoy exclusiva para mutaciones en el gen RPE65), o formar parte de ensayos clínicos actuales o futuros.
Patrones de herencia
Autosómica dominante
Hay afectados en varias generaciones de una familia. Se afectan por igual hombres y mujeres. La enfermedad generalmente se transmite sólo por individuos afectados. Los sanos, salvo excepciones, no la transmiten. En cada embarazo, la probabilidad de transmitir la enfermedad al hijo es de un 50%. Estas mutaciones suelen haberse heredado del padre o la madre, aunque, muy ocasionalmente, un paciente presenta por primera vez la mutación dominante (mutación “de Novo”).
Autosómica recesiva
Puede afectar a hombres y mujeres y con igual frecuencia. Cada uno de los hijos de padres portadores de la misma mutación génica tiene 1 de 4 posibilidades de heredar la mutación de ambos progenitores y padecer la enfermedad. Esto también significa que en cada embarazo hay 3 posibilidades de 4 de que el hijo no esté afectado por la enfermedad. Esta probabilidad sigue siendo la misma en cada embarazo y en niños o niñas. Hay, además, 2 de 4 posibilidades de que el niño herede una copia del gen mutado de uno de sus padres, por lo que será sano pero portador como sus padres (no tiene la enfermedad, pero posee una copia mutada del gen de la pareja de genes). Como para que aparezca la enfermedad es importante que los padres tengan mutación en el mismo gen (recordemos que hay más de 250 genes causantes posibles descritos), el riesgo aumenta si los padres son de la misma familia, pues en ese caso comparten genes, y es más probable que el hijo nazca afectado.
Recesiva ligada a X
El gen mutado se encuentra en el cromosoma X. Sólo los hombres padecen la enfermedad. Las mujeres habitualmente son portadoras, aunque como en el caso anterior, si ambos padres portan la misma mutación, también pueden estar afectadas. No es raro que algunas mujeres portadoras puedan tener algún signo de la enfermedad en uno de los dos ojos o en los dos asimétricamente. Aunque estos signos pueden ser detectados por el oftalmólogo (médico especialista en las enfermedades de los ojos, también conocido como “oculista”), es muy infrecuente que se produzcan síntomas que alteren de modo importante la visión de la mujer. Una mujer portadora puede tener hijos varones afectados. Cada hijo varón que tenga podrá estar afectado por la enfermedad con una probabilidad del 50%. Las hijas podrían ser portadoras. Cada hija tiene una probabilidad del 50%. Un varón afectado no tiene hijos varones afectados, sin embargo, todas sus hijas serán portadoras.
Herencia mitocondrial
Las mitocondrias presentan moléculas de ADN circular de doble cadena, que codifica para 37 genes, Las enfermedades mitocondriales pueden estar causadas por mutaciones en genes nucleares y en genes del genoma mitocondrial. Si las mutaciones son en genes nucleares la herencia será mendeliana, mientras que si están en genes mitocondriales la herencia será materna. Cada célula puede tener un número variable de mitocondrias, y en cada mitocondria puede haber varias copias de ADN mitocondrial.
La herencia mitocondrial presenta tres características principales:
- Es una herencia materna, ya que es el óvulo el que aporta las mitocondrias.
- Segregación replicativa: cuando una célula se divide, la distribución de las mitocondrias en las nuevas células es completamente aleatoria.
- Homoplasmia y heteroplasmia: la homoplasmia se da cuando la mutación está presente en todas las mitocondrias del individuo, mientras que en el caso de heteroplasmia se da una coexistencia de mitocondrias mutadas y mitocondrias normales. En función de si predomina el número de mitocondrias mutadas o no, la mutación se expresará o no, si se expresa la mutación, cuanto mayor sea el numero de mitocondrias mutados la afectación será mayor.