No todas las DHR son degenerativas ni terminan necesariamente en ceguera, y en las que lo son, el avance puede variar mucho de una persona a otra. En ocasiones, la pérdida de visión es lenta y puede que ésta se mantenga estable durante muchos años. Otras veces hay periodos de fuertes caídas, a menudo seguidos de años sin pérdida aparente.
En el caso de las DHR degenerativas, como por ejemplo la retinosis pigmentaria, muchas personas llegan a la ceguera legal (< de 10% de visión) en torno a la tercera o cuarta década de la vida. Esto implica habitualmente problemas para la orientación, movilidad, lectura, escritura, si bien con las ayudas necesarias y el apoyo de la tecnología se puede conseguir mantener independencia para muchas de esas tareas.